BORDEAUX. «LA CIUDAD DEL VINO».
BORDEAUX. «LA CIUDAD DEL VINO»:
Después de haber visitado Toulouse y Carcassone, nuestro siguiente destino y tras un corto trayecto en tren de menos de dos horas es Burdeos. La estacion del tren queda un poquito alejada del centro, así que si vuestro hotel se encuentra allí , no hay mas remedio que coger el tranvia o el bus para desplazaros al centro. Nosotros además tuvimos el inconveniente de encontrarnos la zona de la estacion en obras y el tranvia sin funcionamiento por este motivo, asi que nos toco desplazarnos varias calles con las maletas, hasta conseguir coger el bus que nos acercara a nuestro hotel. Entra aquí si quieres ver nuestra guía de BURDEOS.
Burdeos, aunque es famosa en el mundo por sus viñedos, es tambien la capital de Aquitania y encierra un prestigioso patrimonio arquitéctonico.
Joya del siglo XVIII, la ciudad histórico-artística de Bordeaux atrae visitantes desde la época de las Luces, y fue declarada patrimonio mundial de la UNESCO en 2007. Su conjunto urbano y arquitectónico, de los más destacados, se puede apreciar paseando por los muelles del Garona, por sus elegantes calles y sus plazas monumentales. Entre los lugares de obligada visita que datan de este período cabe citar la animada Plaza de la Comedia, con su Gran Teatro de estilo neoclásico adornado por majestuosas columnas corintias, la Plaza de la Bolsa, con su Fuente de las Tres Gracias, o las alamedas de Tourny.
Un paseo por el centro histórico también supone el reencuentro con el Burdeos medieval: la catedral de San Andrés, con sus portadas esculpidas, el coro gótico y la tribuna del órgano renacentista; la imponente puerta Cailhau, dedicada a Carlos VIII; la Iglesia de la Santa Cruz, con su fachada esculpida de estilo románico de Saintong; o la Puerta de la Gran Campana, campanario del antiguo Ayuntamiento, datan de aquella época. El campanario aislado de la catedral de San Andrés, la llamada torre Pey Berland (siglo XV), ofrece desde lo alto una espléndida vista de los tejados y campanarios de la ciudad. ¡Para poder disfrutar de esta vista hay que subir antes los 231 peldaños de la estrecha escalera de caracol! No muy lejos de esta joya gótica se extiende la famosa calle peatonal de Santa Catalina, larga avenida comercial muy apreciada por los amantes de las compras que une la Plaza de la Victoria con la Plaza de la Comedia.
Los apasionados de los jardines tienen una cita obligada a orillas del Garona, cuyas aguas reflejan a ambos lados el precioso Jardín de las Luces. Con unas preciosas vistas del río y del barrio de La Bastida, en la orilla derecha, este vasto espacio con paseos peatonales y parterres de flores está jalonado por numerosas farolas que proporcionan una iluminación mágica al caer la noche. Los paseantes podrán continuar luego su recorrido en dirección a la inmensa Plaza de Quinconces. A un lado de esta plaza se alzan dos columnas rostrales, y al otro, se eleva el ilustre monumento a los Girondinos, alzado a finales del siglo XIX en memoria de los diputados girondinos que fueron víctimas del Terror. Catalogado como Monumento Histórico, consta de dos estanques adornados con caballitos de mar de bronce y una columna de 43 metros de altura rematada por una estatua de la Libertad rompiendo sus cadenas. A pocas calles de distancia se extiende el jardín público, un parque de estilo inglés de 10 hectáreas, frecuentado por paseantes y corredores, que alberga, entre otras cosas, un jardín botánico, una biblioteca y un museo de historia natural.