Otro momento para no olvidar del viaje. Cuando Claudia volvió a ser una niña por unos minutos y voló subida en un pez volador en el Tiovivo Carré Sénart en Le halle des Machines.
Un carrusel impresionante , con Bufalos gigantes, peces voladores e insectos, y que ellos definen en su web como una arquitectura ornamental propia de un cuento de adas. No se puede definir de mejor manera.
El tiovivo Carré Sénart plantea la cuestión del movimiento: verticalidad, horizontalidad, rotación, crecimiento. Todos estos movimientos producen un juego de miradas cruzadas entre los usuarios y los invitan a compartir la emoción de un viaje imaginario, en el corazón de este inverosímil decorado. 18 metros de lado (¡que no de radio!), con un punto que culmina a una altura de 14 metros, el Tiovivo da cabida para cuarenta y ocho personas, adultos y niños.